Tenían entre 18 y 21 años y el mundo entero a sus pies. Sus padres, de alto poder adquisitivo, les abrían las puertas a un mundo de comodidad. Pero no era suficiente. Querían sensaciones nuevas, según aseguraron en la Comandancia de la Guardia Civil tras ser detenidos por haber robado presuntamente 28 viviendas de Majadahonda y Villanueva de la Cañada.